10 de febrero
La escala del piano cambió
mi si bemol se acompañó
por los acordes de tu guitarra,
o quizás fuera del revés.
La canción triste cobró vida,
las notas fueron lanzadas
por la ventana
para revivir cada mustio pétalo.
La sonata de despedida
se tocaba cuando hacía falta
pero nunca llegó a ser triste,
lo único que hacía era entrelazar
los cuerpos de las personas
y juntar sus bocas.
Las flores crecieron juntas en el jardín
protegiendo sus pétalos
de cualquier niña que se los arrancaban
para saber si las querían.
Las dos protagonistas de aquellas canciones,
Selene y Emma,
decidieron dejar a esas melodías huir
para ser las protagonistas de sus propias vidas.
La tinta y el papel se unieron
para formar más poesía
con la única función
de hacer sentir.
Encendieron cerillas
de las que surgió un fuego
que pudo iluminar,
y gracias a la luz
el tren siempre pudo pasar
por las mismas vías.
Y ahora dime,
¿qué habría sido del si bemol sin los acordes de la guitarra?
¿qué habría sido del diente de león o el tulipán sin la margarita?
¿qué habría sido de Emma sin Selene?
¿qué habría sido del papel sin la tinta?
¿qué habría sido de las vías sin el tren?
¿qué habría sido del once sin el diez?
¿qué habría sido de la segunda sin la primera?
¿qué habría sido de cé sin eme?